¿Tuvimos un hijo

Capitulo 94



Capitulo 94

Capítulo 94

En ese momento, Anastasia escuchó el sonido de una notificación. Ella se puso tensa por ese motivo, p or lo que fue a sentarse en el sofá y sacó su celular para leer el nuevo mensaje, el cual

venia con un tono amenazante.

«Anastasia, más vale que actúes como si nada haya pasado esta noche o sufrirás de las consecuencias . Te lo estoy advirtiendo».«iPiensa en tu hijo!». El segundo mensaje fue incluso más confuso y el odio e manó desde lo más profundo de los ojos de Anastasia. NôvelDrama.Org holds this content.

«¡Entonces este es el sinvergüenza que me engaño!».

–¿Dónde está ese maldito? —le pregunto al hombre.

–Es probable que esté camino a la estación de policías.

Anastasia camino hacia la cama y llamó a la recepción para preguntarle a la persona ahí cuando contest ó:

–¿Ya mandaron a ese desgraciado a la estación de policía?

TO

–Señorita, usted es la víctima de hace unos momentos, ¿no es cierto? La policía está en camino en este preciso instante, nuestros guardias de seguridad están manten iendo al hombre bajo control.

–¿Dónde se ubica la sala de seguridad? —preguntó Anastasia.

–En el tercer piso.

Ella colgó y se dio la vuelta para ver al hombre.

– Le agradezco por lo que hizo esta noche, presidente Palomares. Tengo unos asuntos que debo atender , por lo que yo me retiraré primero. –Con eso dicho, ella abrió la puerta con la intención de irse de inmediato; sin embargo, el hombre que estaba atrás de ella caminó en su dirección e hizo lo mismo. Anastasia se subió al elevador y él también la siguió. Sus ojos negros estaban posicionados sobre ella cuando preguntó:

–¿Qué es lo que ocurrió? — Ella no quería que las cosas se salieran de control, por lo que juntó un poco de su cabello cuando dijo:

–No mucho, fue un simple golpe de mala suerte. Alguien conspiró en mi contra. —Elías pudo ver que ella no quería hablar al respecto y se sintió enfadado por alguna razón. Sus largas manos sostuvier on su cintura cuando volvió a preguntar:

—Anastasia, dime a detalle lo que ocurrió. ¿Por qué serías abusada por este hombre? – Pero claro, ella no queria que el mundo entero se enterara de que el padre de su hijo era un acompañan te sin vergüenza y detestable; por ende, ella alzó su tranquila y despejada mirada hacia el hombre.

–Mejor no preguntes, no quiero hablar al respecto. –Ellos llegaron al tercer piso cuando ella terminó de hablar y sacudió su cadera para librarse de él, por lo que continuó su camino hacia la sala de seguridad. Cuando llegaron ahi, Brandon Montoya hacia un escándalo porqu e pedía un abogado, a la vez que estaba agitado mientras que empujaba a dos guardias de seguridad. Cuando

él la vio, se sintió atemorizado y retrocedió por la vergüenza. Anastasia tenía todo el deseo de apuñalar a ese viejo pervertido hasta la muerte, pero la persona que más se merecía la muerte era el desgraciad

o detrás de todo.

–Déjenlo ir, no lo voy a tomar como responsable — les dijo Anastasia a los guardias de seguridad mientras que rechina ba los dientes. Todas las personas presentes quedaron sorprendidas: Brandon volteó a ver a los guardia s de seguridad con vergüenza y lástima, pues tenía la intención de irse lo antes posible. De repente, una larga pierna se estrelló contra su cintura, lo cual lo obligó a caer contra el piso; al siguiente instante, una persona se paró sin piedad sobre su espalda para que su cara besara el piso una vez más después de que intentara pararse.

–Ay… –chilló Brandon.

– ¿Quién te dio permiso para irte? — Elías no tenia la más mínima intención de dejar que él se escapara co

–Ya solo deja que él se esfume.

– Anastasia, ¿tienes idea de las cosas que te hubieran ocurrido si yo no hubiera venido volando hasta aqu

«Yo soy la víctima, cómo no podría saberlo?». Sin embargo, lo que ella más quería era proteger a su hijo, por lo que no queria que ese desgraciado de hace cinco años apareciera en frente de su hijo y que destruyera su mund

– Elías, este es un asunto que me concierne a mi, por lo que tengo el derecho de tomar las decisiones. — Con eso, ella se puso en frente de él y alejó su pierna con un empujón. Brandon sudaba como cerdo por

Ella estaba a punto de irse, pero el hombre la tomó de la mano; podía sentir la furia del hombre y

él la forzó contra la pared del elevador tan pronto como las puertas se abrieron. Ella sentia el enojo en su respiración que chocaba en su cara cuando sus rostros se encontr


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