Capítulo 31
Capítulo 31
Capítulo 31
Elías apagó su computadora. Sólo Anastasia tenía las respuestas a sus preguntas; ya sea que en verda d haya sido la amante de alguien que destruyó a la familia de alguien más.
–Sigue investigando.–Elias le ordenó en voz baja.
Ray obedeció y se retiró, a lo que después el rostro de ennegrecido de Elías cayó por un lado. Ella inclu so dio a luz a su hijo, así que, ¿qué esperaba con exactitud? Cuando Érica regresó a casa, fue corriend o a su habitación a lo cual marcó el número de Helen sólo para ventilar su enojo con ella.
– ¿Tú causaste problemas en la compañía de Anastasia?–Helen preguntó con asombro.
– Mi padre le compró una casa valuada en 8 millones a las espaldas de mi mamá y la mía. ¿Por qué no debería estar enojada?
– iNo puedo creer que Anastasia haya hecho eso! Érica, debes tener cuidado. No debes dejar que robe todas las propiedades de tu padre.–Helen se lo hizo saber.
– iHmph! Nunca dejaré que de vigilarla y no la dejaré vivir en paz tampoco.– procedió Érica a articular–. ¿Estás en casa, Helen? IVamos a beber‘ esta noche!
–Em… No me he sentido muy bien estos días, asi que no puedo beber por ahora.– Helen procedió a declinar–. Deberías conseguir a alguien más para que te acompañe.
Érica presintió que Helen estaba siendo más reservada de lo usual estos dias debido a que solian pasar el rato más seguido con anterioridad. En el lujoso chalé, Helen terininó la llamada con Érica mientras su semblante cambiaba. La madre de Anastasia había salvado a Elias, lo que significaba que Anastasia po día tomar ventaja de ese favor. Podría incluso pedirle que se casara con él y lo más probable es que si s ucediese. En quanto al por qué Anastasia no había hecho la petición aún, debía ser por su personalidad.
Ella era una persona testaruda por lo que era definitivo que no perdería la cabeza por alguien adinerad o. En pocas palabras, vivía una vida bastante sobria. Además, ella no se casaría con alguien sólo para c obrar un favor. Ella había dicho en el bachillerato que odiaba a la persona que causó la muerte de su ma dre, así que será acaso que Anastasia todavía odiaba a Elías por ello?
No importaba lo que pasase, Helen tenía que detener a Anastasia de hacer esa petición y la mejor mane ra para lograrlo era mostrarle a Anastasia qué tan intima era con Elias. Sólo entonces Anastasia odiaria a ella y a Elías aún más. Helen le dio un vistazo a la hora. Era casi hora de que las personas terminaran de trabajar, por lo que debía ir y dar una visita en el estudio de joyería burgués. Ella disfrutaba del trato que merecía por ser una joven a dinerada cuando conducía los autos deportivos que Elias le regalaba.
Antes de su vida actual, cada que se encontraba en carretera, podía solo admirar a las hermosas hijas ri cas de familias con dinero. Ahora, ella también se había convertido en objeto de admiración. Todas las miradas se posaban en ella cada que se detenía en la carretera. Los hombres jóvenes se sorprendían y su vanidoso corazón se encontraba satisfecho.
Helen se dirigió al elevador y fue hacia el departamento de diseño. Su presencia hizo atraer las miradas de admiración y respeto por parte de todas las empleadas femeninas de la oficina, ya que era la esposa de su jefe. Camino de inmediato por la puerta de la oficina de Anastasia y procedió a
abrir la puerta sin más que un saludo. Anasta estaba garrando sus cou para irse a ca Cuando vio a Hele n entrar Su semblants oscurecho y presuntos
– A que has venido
Helen estaba usando un vestido con cuello en forma con V y un conjunto de joyeria que ballaba en su p echo. Era la misma joyeria que estaba de muestra ese di bila lo toco y le dijo a Anastasia
–Elas me lo regalo. Se ve bien?
–Siestas buscando presumir, estis con la persona incorrecta. Anastala observo a Helen con frialdad ya que la conocia bastante bien.
Helen no venia de una familia con dinero, pero su vanidad era insuperable. Tan pronto como recibia algo
Vine a militar a Elias a cenar Tenemos una cita romántica esperandonos esta noche, asi no te retraso.–– En realidad estaba ahi para hablar de su relación con Elias
Cualquiera
–– Aunque no tenga idea de lo cego que puede ser el debio de haber visto algo en con ojos sabria que mer explico Anastasia sin filio alyuno.
La expresión de Helen quedo abizbaja a la que ella replicó:
– Anastasin, tu no sabes como me mira el Que derecho tener que decir eso
–Entonces dime, como es que contas en elText content © NôvelDrama.Org.