Capítulo 53
Capítulo 53
“Oye, come“, Kent tenia la mano herida, claramente alguien se lo había hecho eso a propósito. No podía usar cubiertos, tenia que sostener el plato con las palmas de sus manos.
Dudo un momento antes de dejar el plato y se escondió en un rincón sin hacer ruido; traté de mostrarme lo más dulce posible y le extendi la mano: “Déjame ver tu mano“.
Kent era desconfiado, pero después de un rato, me pasó su mano. Aproveché para examinarla bien, por ambos lados, y confirmé que no tenia la marca de nacimiento roja del tipo que me mató. Claro, él no era el que me habla matado, pero seguro que tenia algo que ver con el asesino, si él no era el cómplice, era el allado.
El caso de los asesinatos en serie, la muerte de mis padres, los recuerdos que perdi después del accidente. eran demasiadas verdades, todas confusas y al mismo tiempo como si estuvieran a punto de revelarse. ¿cuál era la verdad después de todo? Contentt bel0ngs to N0ve/lDrâ/ma.O(r)g!
“¿Te duele?“, levanté la vista hacia Kent, intentando ganarme su simpatia.
Él estaba tranquilo, sus grandes y hermosos ojos brillaban con inocencia y pasión.
“¿Quién te lastimo los dedos?“, al ver las profundas heridas en cada uno de sus dedos, no pude evitar estremecerme. La gente de la familia Linares debla estar loca, no había razón para hacerle eso.
“Para evitar que escape de aqui“, Kent señaló la ventana. Miré hacia afuera y vi que estábamos en el tercer piso. Definitivamente, con los dedos así y las quemaduras en los pies sin sanar, no había escapatoria.
Respiré hondo, ya algo enfadada le dije: “¡Tienes que medicar esas heridas, o se infectarán y empeorarán!“. “¡Abran la puerta! Si quieren que tenga un heredero, al menos deben dejarlo tratar sus
heridas. ¿son humanos o qué?“, grité en la puerta, pero nadie respondió afuera.
Kent solo me miraba, y mientras yo golpeaba la puerta con ansiedad, él finalmente habló: “Nayri, ¿cómo murieron tus padres?“.
“En un accidente“, casi sin pensar, respondi. Pero al decirlo, me tensé por completo.
Como Nayra, mis padres hablan muerto en un accidente. Pero como Ainara, aunque mis padres no eran precisamente ejemplares, seguían vivos.
“Fue solo un decir, deseo que se mueran en un accidente pronto“, traté de encubrir mi error.
Kent no dijo nada, solo sonrió.
“Nayri“, volvió a llamar mi nombre.
Me giré para mirarlo.
“No van a abrir“, Kent se levantó y empezó a acercarse lentamente hacia mi. Todavia tenia un miedo instintivo a su acercamiento, retrocediendo por reflejo. Se detuvo, probablemente para no asustarme. Después de un momento incómodo, finalmente habló: “¿Quieres salir?“.
Asenti, por supuesto que quería salir. No podia quedarme atrapada alli como una máquina de hacer bebés: solo al salir podria buscar la verdad detrás de todo, arrancar la máscara de hipocresia de Yuria y hacer que todos supieran que ella fue quien me mató.
“Tendrás que tener un hijo, solo asi te dejarán salir“, Kent recogió una prueba de embarazo de la mesa y me la pasó.
Me quedé helada un momento, sabia que tenía razón, pero eso era imposible. No podía tener un hijo con un
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asesino. Después de un largo silencio, me di la vuelta y examiné detenidamente la habitación que nos tenia prisioneros, buscando en los cajones algo valioso.
Al abrir el primer cajón, vi dos certificados de matrimonio, uno mio y… no, de Ainara y Kent.
“¿Osvaldo Linares? Ese nombre…“, murmuré en voz baja, me sonaba familiar.
Tiré los certificados de vuelta al cajón y tardé un momento en darme cuenta de lo que era aquello ¡Certificados de matrimonio! La verdadera Ainara y este loco, jestaban casados!
“Nayri…“, al verme distraida, Kent volvió a llamar mi nombre.
Me giré hacia él, tratando de mantener la calma y la dulzura: “¿Algo más?“.
“Un bebe, bebé“, dijo con cuidado, como no queriendo asustarme.
“Te ayudaré a salir“, Kent habló de nuevo.
Parecia que la única forma que él conocia para sacarme de allí era consiguiendo que me embarazara pronto. Probablemente Ainara lo habia planeado por mucho tiempo y Kent asumió que ella también quería un hijo.