¿Tuvimos un hijo

Capitulo 115



Capitulo 115

Capítulo 115

Anastasia emitió un bufido.

–Ustedes, los hombres, siempre están interesados mientras que sea una mujer. – Elías le pasó la mirada por encima sin decir una palabra, pues él no estaba de acuerdo con lo que dijo debido a que ella era la única mujer en la que sentia interés.

–Tu papá cuidará bien de Alejandro, así que no te preocupes. – Él trato de tranquilizarla, pues suponía que ella no había leído el mensaje de texto aún.

– Vi el mensaje que mandaste. No quiero que estés poniendo tus manos en mi teléfono en el futuro, ni qui ero que contestes mis mensajes. ¿En serio crees que no sé qué fuiste tú quien respondió al mensaje de texto de Miguel? –dijo con un tono molesto. El rostro de Elias se volvió sombrío de la nada y casi parecía una escultura de hielo en ese instante. This content © 2024 NôvelDrama.Org.

–iNo te atrevas a jugar con los sentimientos que Miguel tiene por ti, Anastasia! — Ella alzó una ceja para luego reír.

–¿Qué te hace pensar que estoy jugando con sus sentimientos? Existen incontables relaciones que empezaron co mo simples amistades y nosotros somos amigos ahora, pero quién sabe qué pueda pasar en el futuro, ¿cierto?

—¿A qué te refieres? —preguntó Elías entre dientes.

– Quiero decir que nuestra relación aún está en crecimiento. Esto no se trata de que yo esté abusando de lo que él siente por mí, ¿está bien? —

le respondió con un tono relajado, pero luego añadió intencionalmente otro punto para provocarlo–: Para ser honesta, creo que a Miguel le queda bien el papel del padre de Alejandro, es muy amable con mi hij o. Puede que nuestra relación florezca algún día si el destino nos permite estar juntos – le dijo.

–¿Eres el tipo de chica que se la pasa durmiendo en camas de otros hombres? ¿Cómo se supone que puedas sentir la misma atracción hacia Miguel que él siente por ti cuando, al mismo tiem po, mantienes una relación tan confusa conmigo? Me parece como si tú fueras una persona que no pue de mantener una vida estable —comentó Elías con un tono sarcástico y fastidiado, pero eso la hizo sentir un poco molesta.

«¿Cómo puede decirme que soy una persona que se acuesta con otros?».

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– iPues entonces yo puedo decir lo mismo sobre ti! Aceptas la admiración que Helen tiene por ti, a la vez que mantienes esta confusa relación conmigo. ¿Sabes una cosa? Tú y yo no somos tan diferentes. – El hombre quedó en silencio por un momento y lo único que hizo fue mirar a Anastasia.

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– ¿Me estás diciendo que puede que te enamores de Miguel y que llegues a casarte con él algún día? ¿L o vas a escoger a él para que sea el padre de Alejandro? – Elías entrecerró la mirada para crear una penetrante mirada que parecía que era capaz de atravesar la s paredes, por lo que ella tuvo que evitarla.

– Tal vez –murmuró con el tono más casual que pudiera convocar. El aspecto del rostro de Elias se volvió tenso por un segundo y parecía como si se hubiera congelado en su lugar, lo cual lo hizo parecer como la escultura de hielo perfecta en ese momento. Por alguna razón, Anastasia sintió

como si el hombre estuviera enojado y descontento con lo que acababa de decir. Eso le hizo saber una cosa a Anastasia, por lo que soltó una risa burlona poco después de eso.

–Elías, tú no estás celoso, ¿verdad? ¿Me estás diciendo que estás secretamente enamorado de mi? – Él sintió una penetrante ira que recorrió por todo su cuerpo, pero mantuvo la misma mirada fria en su ro stro. Anastasia encorvó sus labios para formar una sonrisa burlesca–. No te enamores de mi, pues nunc a seríamos capaces de tener un final feliz porque yo nunca me enamoraria de ti – le aclaró.

De repente, Elías se puso de pie y parecía más dominante en particular cuando la sobrepasaba con su ta

–¿Q–que intentas hacer?

– Esta es mi casa, Anastasia. ¿Por qué te comportas tan engreida y actúas con tanta arrogancia aquí? — Le echó una fría y penetrante mirada a la mujer; ella sintió que se estaba enfrentando al mismísimo Diab

«Un momento. ¿Lo logré provocar?». Ella pensó.

–Retiro cualquier cosa que dije, Elías. Solo… haz como si nunca lo hubiera dicho… – Ella se rindió con rapidez y trató de escapar del salón después de terminar de hablar.

–Ya es demasiado tarde. – El hombre bufó mientras que jalaba a la mujer entre sus brazos antes de que ella pudiera escabullirse. Lo

–Elias… Tú… — Su advertencia se quedó atorada en su garganta debido a que el hombre presionó sus labios contra los de ella, pues él tenía ansias de darle un castigo a sus labios por haber hecho tantos comentarios que lo h día. Anastasia trató de ir en contra de él con su mirada mientras que lo veía directo a sus encantadores ojos; sin embargo, lo único que vio a través de él fue la pasión que sentía por ella también estaba bajo los efectos del alcohol. Estaba impactada por sus propios sentimientos.


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