Capítulo 447
Capítulo 447
Capitulo447 Después de colgar el teléfono, Enrique se disponia a salir cuando escuché de repente un grito detras de él: -Enrique.
Enrique, sin querer que se notara algo, reprimié la hostilidad que lo rodeaba, se dio la vuelta y miré a su madre con indiferencia. La llamé despreocupadamente: —Mama.
La madre de Enrique, insatisfecha, le pregunto: -Tu abuela atin no ha ido a vas? descansar. 4A donde crees que
Enrique, con una sudadera negra con capucha y las manos en los bolsillos, parecia estar de pie de manera relajada y casual. Sin embargo, su tono de voz estaba un poco tenso: -Ya he terminado de comer. Ustedes pueden acompafiar a la abuela. No hay nada que puedo hacer aqui.
La madre se enojo: -Tus hermanos menores, esos bastardos estan hablando con la abuela. Si te vas ahora, gno empeorara la impresion que tiene de ti? Originalmente, la abuela y tu padre preferian a esos dos bastardos.
En la familia Torres, habia una esposa principal y dos concubinas, los «bastardos >> eran los hijos de las concubinas, cada una de las cuales le dio a su padre un hijo.
Era un poco extrafio, ya que el matrimonio de los padres de Enrique fue un acuerdo comercial. A pesar de la esposa asignada, su padre preferia a las mujeres que él mismo elegia. Eso, al menos, se entendia un poco.
Pero incluso la abuela preferia a esos dos hijos ilegitimos. Enrique y su madre siempre fueron menospreciados en la familia.
De lo contrario, la madre de Enrique no habria tenido que obligar a Enrique a casarse con Isabel. Su objetivo era la enorme herencia que ella poseia, una carta de triunfo para fortalecer su posici6n en la familia Torres.
Enrique siempre despreciaba ese tipo de «
Eso era lo que se conocia como el «caso de divorcio de acciones A de alto valor>> en las leyendas.
Al escuchar esas palabras, la madre relajé ligeramente la frente y refunfurio friamente: -El no se atreveria a divorciarse de mi. Bueno, esta bien.
Enrique no tenia tiempo ni humor para seguir acompariandola, asi que agitd la mano y se dio la vuelta para irse: -Tengo cosas que hacer, me voy primero.
La madre no podia hacer nada mas que mirar su figura alejarse mientras fruncia el cefio.RêAd lat𝙚St chapters at Novel(D)ra/ma.Org Only
De repente, record6 algo y corrié tras él, agarrandolo por el brazo: -Hablando de tu esposa, Isabel no vino a casa durante todo el Afio Nuevo. Es completamente inapropiado. Ese dia, tu hermano menor incluso aproveché eso para criticarme. Sé que no te gusta Isabel, pero ella tiene una herencia masiva en sus manos. Aguanta un poco mas, haz que quede embarazada lo mas rapido posible, consigue la herencia, y cuando quieras divorciarte, no te detendré.
El punto focal de Enrique en ese momento era la frase «Sé que no te gusta Isabel >>. Pensd que su madre realmente no entendia a su hijo. Si él no estuviera dispuesto, gcdmo podria permitir que lo forzaran a casarse?
Le echo un vistazo sin molestarse en discutir, afirmé casualmente y se subid al coche. No pensé mucho en la ldgica de que Isabel quedara embarazada y obtuviera la herencia.
Cuando presion6 el acelerador para salir del patio de la familia Torres, su expresion se volvid rapidamente fria. Aumento la velocidad casi hasta el limite de la velocidad permitida, conduciendo rapidamente hacia el hotel Intercontinental. La raz6n le decia a Enrique que alguien con la personalidad de Isabel no regresaria a un pasado amoroso, especialmente considerando las multiples infidelidades de Francisco. Ella ni siquiera soportaba la idea de tocarlo, gcdmo podria reavivar una vieja llama con él?
Sin embargo, la imagen de ambos entrando al hotel atin encendia su rabia. Ella sabia que a él le molestaba Francisco, pero aun asi, no evité la situacion y decidié reunirse con él en privado. No mostraba el mismo entusiasmo hacia él, su esposo legal. Durante las vacaciones de Afio Nuevo, no sabia cuantos mensajes le envid a través de WhatsApp, y ella ni siquiera respondié a ninguno.
Ja. Realmente, siete afios de relacion eran diferentes.
Los paparazzi tenian buenas habilidades en su trabajo. Le dieron la direccion exacta, incluyendo el numero de habitacién. Enrique fue directo al 1130 sin dudar y golpeo la puerta con fuerza,
jPum, pum!
Fue el sonido insistente de golpes en la puerta lo que desperté a Isabel. Sintid un dolor de cabeza insoportable, fruncié el cefio y emitid un gemido bajo. Al abrir los ojos, se dio cuenta lentamente de que estaba acostada en la cama de un hotel y que su ropa se habia cambiado por un albornoz del hotel.
Confundida, se gird lentamente y vio a Francisco, también vestido con un albornoz, apoyado junto a la ventana con una copa en la mano. Le sonrié ligeramente y dijo: Isabel, gzhas despertado? Parece que te embriagaste.
Isabel se sent6 de golpe, las imagenes previas a su desmayo se presentaron claramente en su mente. Su expresion y tono se volvieron extremadamente frios. -Francisco, zte atreves a drogarme?
Capitulo448