Capítulo 84
Capitulo 84
¿Encargarse de ese espintu maligno? Cristian entrecerró los ojos con una expresión de impaciencia: “Bueno, por respeto a los abuelos, me voy a molestar en acompañarte esta vez. Pero que quede claro desde ahora, cuando lleguemos a la casa de los Rios, comportate y no hagas el ridiculo“.
Al escucharlo aceptar, Soraya saltó emocionada: “Sil Sabla que eras el mejor, amor“,
“Ah, jajaja, quién iba a decir que aceptaria tan fácil. Parece que mi estrategia de dulzum está funcionando, cuando necesito su ayuda, simplemente me pongo melosa. Como dice el dicho, el hombre persigue a la mujer y es como escalar una montaña, pero cuando la mujer persigue al hombre, es como atravesar un velo Todo el mundo quiere mantener su dignidad, pero una mujer sin vergüenza es invencible. ¡Vamos, fuerza! Si sigo asi, definitivamente conseguiré conquistar este iceberg: y cuando lo haga, escribiré un libro sobre técnicas para enamorar, con la fortuna de Cristián, seguro que será un éxito de ventas y ganaré un buen dinero. Luego, me divorciaré y usare ese dinero para viajar por el mundo. Ah, jajaja, amo el dinero y el dinero me ama, que el dinero venga a mi desde todas direcciones“. Cristián, disgustado por sus pensamientos, decidió regresar a su estudio en el segundo piso y ceno con llave
En la noche, la luna brillaba en lo alto, derramando su luz plateada, como si cubriera la tierra con un velo. Fuera de la villa, las ramas de los árboles se balanceaban con la brisa, que trala un suave aroma a flores. De vez en cuando, el canto de algunos insectos rompla el silencio de la noche, añadiendo un toque de vida.
Cuando todos se hablan dormido, Soraya se levantó sigilosamente y se dirigió hacia el tercer piso, abriendo la puerta de la habitación de sus suegros con un fino elambre NôvelDrama.Org owns this text.
En la habitación contigua del primer piso, Cristián yacía en la cama, mirando su celular concentrado en la pantalla, vio a Soraya acercarse sigilosamente a la cama, vestida con un conservador pijama rosa y el cabello recogido, moviéndose con cuidado. Luego, extendió sus dedos para tocar ligeramente a las dos personas en la cama y después, sacó de su bolsillo varios amuletos amarillos.
Ella estaba a punto de actuar en el piso de arriba cuando notó un destello fugaz de luz se detuvo y miro cuidadosamente alrededor, luego su mirada se fijó en la parte superior de la cortina, se acercó a la ventana.
Cristián, viendo eso desde abajo, cambió de expresión; eran malas noticias, lo habia descubierto esplando. Entonces rápidamente cortó la conexión a internet del piso de arriba. No esperaba que esa mujer fuera tan precavida
Soraya abrió la cortina y funció el ceño al ver la mini camara oculta, ¿por qué habla una cámara en la habitación de los suegros? ¿Quién la colocó? No importaba quién fuera, no podia dejarla ahi Si grababan un video de ella expulsando espiritus, todos pensarían que estaba loca.
Con un salto, ella arrancó la cámara, Guardó la cámara en su bolsillo y continuó lo que había dejado pendiente.
Primero desplegó los amuletos y sacó una pequeña navaja de su bolsillo. Con un ligero corte en su dedo, la sangre empezó a fluir. Luego, con su dedo sangrante, dibujo una sene de simbolos en los amuletos y finalmente, pegó el amuleto dibujado en la frente de Diana Unos segundos después de pegar el amuleto en la frente de la mujer, una figura fantasmal femenina emergió desgarrando su cuerpo.
La mujer fantasma, con cabellos largos hasta la cintura y emanando un aura maligna, miró furiosa a Soraya: “¿Quién eres tú? Cómo te atrevesa entrometertel” Ella miró con desden a la figura casi transparente de la mujer fantasma: “¿No seria mejor reencamar dignamente? ¿Por qué insistes en dañar a los vivos? Portu culpa, Diana está a punto de agotar su vida. Al menos fuiste humana alguna vez, ¿no sabes que dañar la vida de otros te llevará a reencarnar como animal? Ahora te doy la oportunidad de reencamar, ve ripido al inframundo a reportarte. De lo contrario, hoy mismo te eliminare, haciendo que te desvanezcas sin la posibilidad de reencamar nunca jamás